Cuando aparecieron los fuegos artificiales nadie lo podía creer, Atlanta ganaba 2 a 1 contra Morón en el Francisco Urbano. Era un martes a la noche, y la victoria significaba estar al borde de ganar el campeonato, que se abrocharía la próxima fecha, contra Barracas Central. En ese momento, el hincha bohemio pasó de la alegría, de la euforia, a una sensación de temor por lo que le podia ocurrir al que estaba en el estadio. Los que se encontraban en la platea camuflados sabían lo que se les podia venir. El festejo en sitio ajeno nunca es bienvenido y la violencia manda en el fútbol argentino.
Al instante que se observó la pirotecnia empezaron a salir todos de forma desenfrenada en la tribuna de Morón en busca de la venganza, de encontrar a esos hinchas de Atlanta que los habían burlado, y humillado en su propia casa. Y en el medio los de la platea, los que no podian ir pero fueron igual a ver al conjunto de Villa Crespo. Toda la barra brava se había avalanzado para ese sector y poder pasar asi a la otra tribuna. Si alguno de esos camuflados era descubierto, era carnada fresca para las fieras.
Minutos antes ya habían encontrado un bohemio en la platea (había aplaudido a Andrés Soriano), y sin mediar palabra alguna, le dieron una golpiza entre cuatro personas. Era un fanático que iba a todos lados, hasta había ido a la pretemporada de Necochea. No era un muchacho “normal”, porque vivía con un vaso de cerveza en la mano y fumaba algunas sustancias prohibidas que lo convertían en una especie de payaso.Era conocido por toda la gente visitante. Esa situación hizo que los hinchas del gallito, ante la menor duda, acusen de ser hincha infiltrado de Atlanta a quien se le cruzara por el camino.
Y pasó, antes que tiren los fuegos artificiales, en el primer tiempo. Ubicados en el sector izquierdo de la platea unos muchachos observaban el partido. Sin embargo, y de repente se les acercó un individuo y empezó a gritar “estos son judíos, son de Atlanta”. En ese momento no se movieron del sitio, ya que cualquier actitud o respuesta podía ser peor para ellos. Había un clima espeso, porque algunos creían que, con una victoria, los visitantes podían dar la vuelta en su cancha. Sin embargo, esto no era posible porque había ganado Chicago el sábado anterior y los números no daban para que se de esa situación.
Lo peor llegó al finalizar el encuentro. Los hinchas de Morón, enojados por la derrota, querían ingresar a los vestuarios mientras los periodistas partidarios también querían ir para ese sector, pero para entrevistar a los jugadores luego de la emotiva victoria. Algunos pudieron ingresar, otros no y quedaron en la marea de los hinchas de Morón. No paso nada de milagro, pero los jugadores de Atlanta debieron esperar mas de media hora para poder salir del estadio. Mientras que los periodistas partidarios debieron dar toda la vuelta para no ser descubiertos y que no ocurra ningun hecho de violencia.
¿Se da cuenta de que tiene algunos títulos enteramente en mayúsculas y otros en los que alterna mayúscula-minúscula? Debe ser consistente, por favor cambie aquellos en los que hay mayúsculas y acomodelos al formato normal: Mayúscula en el arranque y el resto en minúscula.
ResponderEliminarLa nota está bien, ¿usted cree que es una crónica?